lunes, 2 de marzo de 2009

COQUETEOS JUVENILES

En la soledad relajante
de la montaña, alfombrada
de hierva fresca, tierna;
escuchándose; el silbar
bronco del viento
rompiendo contra
altivas y rocosas
cumbres; el musicar
de pájaros-aves, diversos
en desordenado y
armónico concierto.

Dos cuerpos varoniles
reposaban, refrescadas
sus espaldas; ardientes
sus torsos por el
radiante sol;
tenue de septiembre.

Dos sensuales cuerpos de hembras
otoñales; frescos,
suaves, bien formados;
de apretadas carnes
juveniles; tersos
los medio-maduros
pechos, amamantadores.

En desértica playa
de fina arena, esponjosa
por la pleamar.
frescas las espaldas,
soleados; los pechos,
sinuosos muslos,
los vientres lisos;
todos sus hermosos
cuerpos prudente
y bellamente dorados.

Escuchando el
suave y a veces
alborotado ir
y venir de las
danzarinas olas,
blancas, espumosas;
azul-griseadas-enverdecidas
en el horizonte
marino, de visión
reconfortante y relajante.

Cuatro esbeltos
cuerpos, acariciándose
deseosa y amorosamente
en la distancia,
y sublimación de
los distintos y
complenetrables paisajes,
en la distancia
armónica del
delirio paisajístico,
y amoroso como
el de adolescentes
maduros, deleitándose,
suspirando, temblando
sus cuerpos maduros
de sentimientos
primerizos y juveniles.

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