lunes, 29 de junio de 2009

NEVADA



Nublándose
el cielo,
suavizándose
el intenso frío.

Ennegrecen
los nubarrones,
apoderándose
la oscuridad,
tibia frialdad
del ambiente.

Cayendo suavemente
una polvareda
de minúsculas partículas
algodonadas.

Balanceándose
en la superficie,
va cubriendo
el ambiente.

Posándose
delicadamente,
acariciando:
de la gentes
los cabellos;
de los árboles,
las ramas;
de la tierra
su superficie.

Blanqueando
el panorama,
entreviéndose
ende ventanales,
una unidad
blanquecina
deslumbrando
al contemplador.

lunes, 22 de junio de 2009

DESEO

Siento tus muslos
famélicos en los mios,
rozarse delicadamente,
erizando mi bello
ahíto de calor de
hembra, ardientemente
cautelosa y sensitiva.

En las noches cansadas
inertes al brusco deseo
sexual, anhelantes del
carnal trémulo:
beso, tanteo, contacto
incesante, embriagado
de ternura, amor
de cuerpo, mente y corazón, ininterrumpible.

PENUMBRA

Frío el hielo
cristalino, un no quiero
ser tu luciérnaga
en la penumbra
de tus soledades.

Si te congela los sentidos
mis sinceros gritos
de desconsuelo y ese
no quiero ser el
desahogo de tu sexo.

CARICIAS

Cálidas y placenteras;
tus juguetonas manos
de mi cuerpo alborotadoras
como las plácidas noches
de los veranos.

LLANTO SIN LUCHA

Si lloras por algo
y no luchas
es como agua
que no moja
y se evapora,
perlas húmedas
que no forman
parte del caudal
del río humano.

ECO ERRÁTICO

El eco fingido
resuena en ocasiones,
sordo ante los errores
del pasado, reiterados
en el inconsciente
presente, reafirmando
alineados por un
futuro de simulada
perfección, nunca más,
dos o tres, nunca jamás.

El eco errático
se repetirá impasible
sin más conclusión
que evitarlo, estando
frescos como el amanecer,
errando por desconocimiento,
siendo un nuevo
eco errático y
fugazmente repetitivo,
sobreponiéndote y analizándolo
pasando a los recuerdos
duramente de aprendizaje.

Quedándose indefinidamente,
si en vez del optimismo
analítico, optamos por el
pesimismo inseguro,
pasivo y compasivo,
acomodándose a él,
sin prosperar, hundiéndote
en la cómoda apatía,
afirmándonos, somos así,
sumiéndonos en la
monotonía de lo conocido,
y repetido tantas veces
que no puedan resonar
en nuestras mutilantes
vidas, los ecos erráticos.