En el existir humano,
las margas tragedias
con el tiempo se superan,
recuperando el optimismo,
la sonrisa y cordialidad.
Quedando soterrada
la yaga cicatrizada
que no desaparecida,
cuan si no hubiera pasado nada.
Con el transcurrir de los días
cicatrizan las fortuitas heridas,
quedando fielmente grabadas
en nuestras actuaciones condicionadas.
miércoles, 13 de mayo de 2009
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