lunes, 13 de abril de 2009

ALEGRÍA Y LLANTO

No sólo de : alegrías
mundanas y afectivas;
amores o desamores,
llantos de desesperanza
y muerte. Astío laboral
u anodino vivir;
fastuosas y no tanto
fiestas desahogantes
y compartidoras de
emociones inolvidables... .

Encontramos, deleitamos
o sufrimos -madurando-
en el impuesto transcurrir
vital a la defenestración
y el relax eterno
de dolor y sensaciones
deleitantes; agónicas
lo disfrute vivencial.
Privado en el
último suspiro.

LA SENDA DEL DESAMOR

Son tus: suaves dedos,
bellamente pequeñas manos;
precisas y habilidosas
los y las que cautelosas,
siento en mis sienes
sudorosas y doloridas
por la ausencia, de tus atenciones,
tímidamente amables y sinceras.

Las que me alivian
en el discurrir de mi
navegar, por la ardua
senda del desamor,
en la esperanza de
ser correspondido
en el deseo imperioso
de saber de tus desvelos,
escuchándolos atentamente.

Intentándolos así aliviar
con mi comprensión,
tímidos halagos a
tu valiosidad profesional
y personal. Y más
meditados, motivados
por profunda impresión
recibida, al sorpresivamente
conocer el motivo principal
de tu vacío amoroso.

Debido a la estima
procesando, y más aún
sabiendo de tu enorme
tesón en superar
las dificultades pasadas
y diarias.
Surgieron poemas
desde mi desasosiego
emocional, desvelador
que agónico, hasta
que quedaron plasmadas
en vacías cuartillas.
Mis humildes muestras
de admiración y
esperanza para
tu continuo aleteo
en el transcurrir humano,
que seguro te
llevará donde
quieras.

Consoladoras
o no para ti,
fueron para mí
el aire
fresco del intento
fructuoso o no,
en aliviar tus
pesadumbres.

miércoles, 8 de abril de 2009

QUÉ DARÍA POR........

Qué daría yo
por tu sonrisa
sincera; aún forzada.

Qué daría por
aliviar tus: penas,
dudas, desidias... .

Qué daría por
unas gracias, por
tu desvelo, por
mi devenir.

Qué daría
Qué daría:
por verte
feliz; aún
no pudiendo
disfrutar de
tu animosidad,
y atenciones.

Qué daría
Qué daría:
por aún
sin poderte
ver, sabiéndote
armónica en
tu vivir y
mi ausencia.

Qué daría
Qué daría:
por tantas
cosas, detalles,
que ansío;
y no me atrevo
aún a pedirte.

No sabiendo
si merezco
tanta dicha.
Qué daría
Qué daría:
por.......... .

lunes, 6 de abril de 2009

POEMA DE AMOR Y DESESPERANZA

Mis: poemas,
versos, expresiones.
Más acertadas
o menos; sensaciones
han sido, son
y serán, el tesón,
desvelo consciente.
De para ti espero
un aliciente.

De alguien impresionado
por tus angustias vitales.
Que para mí las han sido.
Versificando las letales
y vitales emociones. Todo
un sufrir con agrado tus
desidias en desahogante pareado
o no, esperanzador. Algo
esforzado y de suspirantes
emociones. Que sin embargo,
fueron en efecto crecientes.
Así como admiración
y por ayudarte desazón.

Poemas frescos
sinceros de deseos.
Quizá infructuosos,
de exaltación de
tus excelsas cualidades
e interioridad. En
deseo creciente
en disfrutarlas, consciente
junto con las mías; inerte
tú, quizá a éstas.

Desolado a veces
ante tanta sinceridad
de emociones y deseos.
“Sin unas gracias”,
“me han ayudado”.

“Puedes ó no ser
para mí cuanto
deseas”. Sólo un
“están bien”. Sin un
por lo menos, me han
ayudado. En receloso,
aparente para mí
rechazo de ese
anhelo, ya encaminado
en al menos vislumbrar
un halo de reprimido afecto,
y un confesado deseo
de amistad. Que
torpe y recelosamente
vamos consiguiendo.
“Al menos”.

Sufrimiento, desvelo,
alegría, de ornamentar
esforzadamente los
sentimientos. En
exigente trabajo,
en forma y fondo.

Que con disfrute
te he expresado, expreso
y expresaré. Aún
algún día nada quieras
saber de mí
y mi humilde poesía.
“Haré que no te llegue
si ese fuese tu deseo”.

Si así fuere.
Serí8as mi musa
eterna: en los
momentos de
soledad, alegría,
compañía y congoja.

Serias tinta amarga,
resplandesciente, de
versos de esperanza
y nostalgia; de un
pasado qué “ojalá
no llegue”.

miércoles, 1 de abril de 2009

IMPOTENCIA INFANTIL



Un objeto inanimado
de ojos acrisolado,
movimiento neutralizados,
un corazón dormido
sin voz ni sonido.

Era un caballito
de cartón,
un chavalito
juguetón.

Cruelmente le golpeaba
descargando su ira,
rebeldía cohibida
y él no relinchaba.

Desahogábase así el chavalitoante
la impotencia
de ser mayor,
hacer frente a esa
bofetada sin motivo-
Ese despreciativo,
¡calla! sólo eres
un niño sin
opinión ni condición.

Eran otros tiempos
educación,
¿qué culpa tenía
el caballito?,
¿qué delito
cometí yo?.

El nacer sin opinión
es dura condición,
represión continua,
revelación sin tregua.

Ante ese profesor
golpeando los nudillos
el cura atosigando
las endebles mentes.

¿Qué culpa tenía
el caballito?,
¿qué delito
cometí yo?.