
Habitaba un poeta,
en una chabola
de ensueño, fantasía
e ilusión.
Rodeado de esbeltos
cipreses,
poéticos almendros,
coquetuelos castaños,
olorosos jazmines,
deleitantes tulipanes
coloreando el ambiente.
Acompañdo
por el melodioso
bullir del río,
saludándole
en el amanecer.
Sosegándole
la brisa marina
el mediodía,
golpeando el mar
en la noche.
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